Las autoridades de salud han hecho diversos llamados a que las mujeres embarazadas se vacunan contra COVID-19, pues son parte de la población vulnerable que puede enfermar gravemente o incluso morir a causa de la enfermedad. Una nueva investigación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) encontró que la variante Delta de COVID eleva el riesgo de muerte fetal para las mujeres embarazadas.
Mientras los informes médicos en todo el país señalan que los casos de embarazadas graves a causa del COVID-19 han registrado un aumento sin precedentes, los CDC analizaron la información de 1’249,634 partos y encontraron que la enfermedad se vinculó “con un mayor riesgo de muerte fetal, con una asociación más fuerte durante el período de predominio de la variante Delta”.
De las 21,653 mujeres embarazadas hospitalizadas para parto enfermas de COVID, se registraron 8,154 mortinatos, es decir, bebés que se encontraban en las últimas 20 semanas del embarazo y que murieron en el útero o poco después del alumbramiento.
Muchas mujeres han manifestado que no se han aplicado la vacuna contra COVID-19 por temor a que afecte su fertilidad o cause algún daño en el bebé que esperan, pero los mismos CDC han informado que las vacunas no causan defectos de nacimiento ni abortos.
Delta se convirtió en la variante predominante de SARS-CoV-2 en Estados Unidos en julio de este 2021. Es una mutación más infecciosa del virus y se asocia con un mayor riesgo de hospitalización en comparación con las variantes anteriores “En este análisis, la asociación entre COVID-19 y muerte fetal fue más fuerte durante el período de predominio Delta”, dice el estudio de los CDC.
Dado que existe una fuerte disparidad entre las mujeres embarazadas que se han aplicado la vacuna en este país en comparación con el resto de la población, los CDC recomiendan la vacuna COVID-19 para mujeres embarazadas para prevenir enfermedades graves, muerte y resultados adversos del embarazo causados por la enfermedad.