Las nueces son un superalimento cargado de beneficios para la salud, gracias a su rica composición de grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales. Destacan especialmente por su alto contenido de antioxidantes, como la vitamina E, la melatonina y los polifenoles, que superan a otros frutos secos en cuanto a actividad antioxidante.
Los polifenoles, en particular, juegan un papel crucial en la protección del cuerpo contra los daños causados por los radicales libres y el estrés oxidativo. Este tipo de estrés se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, lo que hace que las nueces sean una excelente opción para apoyar la salud cerebral a largo plazo.
Un puñado de nueces, que generalmente contiene alrededor de 185 calorías, también ofrece una dosis considerable de ácidos grasos omega-3, que son grasas saludables conocidas por sus efectos antiinflamatorios.
La inflamación, uno de los principales causantes de diversas afecciones crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, puede ser significativamente reducida con el consumo regular de nueces.
Además de su capacidad para combatir la inflamación, las nueces tienen un impacto positivo en los niveles de colesterol. Un estudio realizado en 2022 con adultos mayores de 60 años reveló que incorporar nueces en la dieta reducía significativamente los niveles de colesterol LDL, conocido como el “colesterol malo”. Los investigadores sugieren que este hallazgo podría ser particularmente útil para personas de mediana edad y mayores, quienes pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas simplemente sustituyendo fuentes de grasa menos saludables, como el aceite de oliva, por nueces, especialmente dentro de una dieta mediterránea.
Por otro lado, aunque las nueces son densas en calorías, se ha demostrado que ayudan a controlar el apetito y favorecen el control del peso. Investigaciones apuntan a que el cuerpo puede absorber hasta un 21% menos calorías de las que se esperarían, lo que sugiere que las nueces pueden ser un aliado eficaz para quienes buscan mantener o reducir su peso sin sacrificar la nutrición.
Un aspecto fascinante de las nueces es su potencial para apoyar la salud cognitiva. Investigaciones realizadas por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento indican que las nueces podrían ser útiles para mejorar la memoria en pacientes con Alzheimer, lo que resalta su rol en la preservación de la función cerebral. Un estudio publicado en la revista Nutrients destacó que las nueces son uno de los frutos secos más prometedores para la salud cognitiva, debido a su combinación de ácidos grasos saludables, fibra, vitaminas y antioxidantes.
Además de su impacto en la salud cerebral, las nueces también se han asociado con el envejecimiento saludable. Estudios han demostrado que hábitos alimenticios saludables, que incluyan nueces como refrigerio, favorecen la movilidad, la aptitud física y la independencia en la vejez. En una investigación con más de 50,000 mujeres adultas, se observó que aquellas que seguían una dieta equilibrada, que incluía nueces, tenían un riesgo 13% menor de experimentar discapacidad física.
Otro aspecto relevante es la relación de las nueces con la calidad del esperma. Investigaciones recientes han encontrado que el consumo regular de nueces podría mejorar la calidad del esperma, lo que añade un beneficio extra a este ya notable fruto seco. Además, un estudio publicado en Clinical Nutrition sugirió que un consumo de aproximadamente 30 gramos de nueces al día podría reducir el riesgo de depresión en adultos. Este hallazgo se alinea con otros estudios que vinculan el consumo de nueces con mejoras en la memoria, las capacidades cognitivas, el desarrollo motor y la gestión del estrés.
Las nueces, por tanto, no solo son una opción deliciosa y saciante para quienes buscan mejorar su salud, sino que también representan un alimento completo que puede impactar positivamente en diversos aspectos de la salud física y mental, haciendo de ellas una recomendación crucial para una dieta equilibrada.
