Miles de partidarios de los derechos al aborto salieron a las calles en diversas ciudades en Estados Unidos el sábado para expresar su indignación ante la posibilidad de que la Corte Suprema anule pronto el fallo que lo legalizó en todo el país y su temor sobre lo que eso podría significar para las opciones reproductivas de las mujeres.

Furiosos tras la filtración de un borrador de opinión que sugiere que la mayoría conservadora del máximo tribunal del país pudiera aprestarse a votar para anular el histórico fallo Roe vs. Wade de 1973, los activistas expresaron su rechazo y se movilizaron con la mira en el futuro, mientras estados encabezados por republicanos se preparan para implementar restricciones más severas.

En la capital de la nación, miles se congregaron en el Monumento a Washington para escuchar discursos enardecidos antes de marchar hacia la Corte Suprema, que estaba rodeada por dos barreras de cercas de seguridad.

Los ánimos eran de rabia y desafío, tres días después que el Senado fracasó en su intento por reunir los votos suficientes para codificar el fallo Roe vs. Wade dentro de la ley federal.

“No puedo creer que a mi edad todavía tenga que protestar por esto”, dijo Samantha Rivers, una empleada del gobierno federal de 64 años que se dispone a librar una batalla estado por estado sobre el derecho al aborto.

Caitlin Loehr, de 34 años, de Washington, portaba una camiseta negra con una imagen del collar de “disentimiento” de la finada jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg y un collar en que se deletreaba la palabra “vote”.

“Creo que las mujeres deberían tener derecho a decidir qué hacer con sus cuerpos y sus vidas. Y no creo que prohibir el aborto vaya a detenerlo. Sólo lo hace inseguro y puede costarle la vida a una mujer”, comentó Loehr.

Un grupo de media docena de manifestantes antiabortistas envió un mensaje contrario, con Jonathan Darnel gritando en un micrófono: “El aborto no es asistencia sanitaria, amigos, porque el embarazo no es una enfermedad”.

Desde Pittsburgh a Los Ángeles, y de Nashville, Tennessee, a Lubbock, Texas, decenas de miles de personas participaron en eventos en que resonaron consignas como ”¡Fuera la prohibición de nuestros cuerpos!” y ”¡Mi cuerpo, mi decisión!”.

Las concentraciones fueron en su mayoría pacíficas, pero en algunas ciudades se produjeron tensas confrontaciones entre personas de bandos opuestos sobre el tema.

Los sondeos muestran que la mayoría de los estadounidenses quiere preservar el acceso al aborto —al menos en las etapas iniciales del embarazo— pero la Corte Suprema parece encaminada a dejar que los estados tengan la última palabra. Si eso sucede, se espera que aproximadamente la mitad de los estados —mayormente en el sur y el centro del país— prohíban el aborto pronto.

Se trata de una batalla personal para algunos de los que acudieron el sábado.

Teisha Kimmons, que viajó 130 kilómetros para asistir a la manifestación de Chicago, comentó que teme por las mujeres de los estados que están dispuestos a prohibir el aborto. Dijo que podría no estar viva hoy si no hubiera tenido un aborto legal cuando tenía 15 años.

Ya estaba empezando a autolesionarme y hubiera preferido morir antes que tener un bebé”, dijo Kimmons, una masajista de Rockford, Illinois.

En esa manifestación, un orador tras otro señalaron que si se prohíbe el aborto también se “destriparán” los derechos de los inmigrantes, las minorías y otros, como lo planteó Amy Eshleman, esposa del alcalde de Chicago, Lori Lightfoot.