Los vuelos comerciales se reanudaron en Nueva Orleans y se reanudó el eléctrico en partes del distrito de negocios de la ciudad el jueves, cuatro días después de que el huracán Ida azotó la costa del Golfo de México, pero la electricidad, el agua potable y la gasolina aún escasean en gran parte de una calurosa Luisiana.
Por otro lado, los remanentes del sistema azotaron partes del noreste del país, arrojando cantidades récord de lluvia en una región que no esperaba un impacto tan fuerte y dejando al menos 45 muertos de Maryland a Connecticut. Once personas en la ciudad de Nueva York se ahogaron dentro de apartamentos en sótanos.
A Nueva Orleans no resultó tan afectada como muchos otros lugares debido a que está protegida de inundaciones catastróficas por el sistema de diques, el cual fue reforzado luego del paso del huracán Katrina. La electricidad volvió antes del amanecer en partes del distrito de negocios y otros vecindarios del centro de la ciudad. Cuadrillas de trabajadores de servicios públicos también restauraron el servicio eléctrico para varios hospitales del condado Jefferson y cerca de Baton Rouge. Se retiraron árboles caídos y escombros de algunas calles, y unas pocas tiendas reabrieron.
Los vuelos comerciales volvieron a operar en el aeropuerto principal de la ciudad por primera vez desde el huracán. Delta fue la primera aerolínea en reanudar operaciones, a la cual le seguirá United Airlines el viernes y posteriormente otras compañías, de acuerdo con funcionarios.
La gran mayoría de las viviendas seguían a oscuras. En siete condados, al menos el 95% de los clientes continuaban sin electricidad el jueves. Sólo 35.000 de las 405.000 viviendas y negocios en Nueva Orleans y el condado Jefferson tenían luz el jueves por la mañana, según el sitio web poweroutage.us. A nivel estatal, 917.000 clientes carecían de servicio eléctrico, una disminución con respecto a los 1,1 millones que se quedaron sin luz en el momento más álgido de la séptima tormenta con nombre que azota Luisiana desde el verano de 2020.
“Este no es nuestra primera experiencia, pero sí es la peor”, dijo Kirt LeBouef, enjugándose las lágrimas mientras veía los daños que sufrió el restaurante Little Eagle en Golden Meadow, ubicado a 120 kilómetros (75 millas) por carretera desde Nueva Orleans con dirección al Golfo de México. Su familia es propietaria del restaurante de langostinos desde 1920.
Las áreas más afectadas del sureste de Luisiana se encontraban bajo un aviso de calor excesivo. Los meteorólogos advirtieron que la combinación de calor y humedad podía generar una sensación térmica de 41 grados Celsius (106 Fahrenheit) en algunas zonas.