El máximo diplomático de Rusia le aconsejó el lunes al presidente Vladimir Putin seguir dialogando con Occidente sobre las demandas de seguridad rusas, indicio de que el Kremlin está dispuesto a continuar las gestiones diplomáticas en medio de temores que Rusia está a punto de invadir Ucrania.

Moscú no quiere que la OTAN incorpore a Ucrania ni a otras antiguas naciones soviéticas, y le ha pedido a la alianza militar que frene el envío de armas a Ucrania y que retire sus fuerzas de Europa oriental. Pero la OTAN se niega a aceptar dichas peticiones.

En una reunión con Putin, el ministro de Exteriores Serguei Lavrov sostuvo que Moscú debe sostener más diálogos con Estados Unidos y sus aliados, pese a que Occidente rechaza las principales demandas rusas.

Las conversaciones “no pueden continuar indefinidamente, pero yo sugiero en estos momentos continuarlas y expandirlas”, declaró Lavrov, señalando que Washington ha propuesto negociaciones sobre límites al despliegue de misiles en Europa, restricciones a las maniobras militares y otras medidas de generación de confianza.

Preguntado por Putin si tiene sentido continuar los esfuerzos diplomáticos, Lavrov respondió que los canales diplomáticos “están lejos de haberse agotado” y propuso continuar las negociaciones.

Putin dijo que Occidente podría tratar de involucrar a Rusia en “conversaciones sin fin” y se preguntó si hay posibilidad de llegar a un acuerdo sobre las demandas fundamentales de Rusia.

“Siempre hay posibilidad”, respondió Lavrov, añadiendo que su ministerio no permitirá que Estados Unidos y sus aliados prolonguen el proceso indefinidamente.

Rusia niega tener planes de invadir Ucrania, pero ha concentrado más de 130.000 soldados en la frontera y, desde el punto de vista de Estados Unidos, ha concentrado allí suficientes recursos bélicos para lanzar un ataque repentino.

El encuentro se realizó en momentos en que el canciller alemán Olaf Scholz visitaba Ucrania y se disponía a seguir viaje a Rusia para otra gestión diplomática con Putin.

“Estamos experimentando una amenaza muy, muy grave a la paz de Europa”, tuiteó Scholz en Kiev, añadiendo que Alemania desea ver “indicios de una desescalada” por parte de Moscú.

El primer ministro británico Boris Johnson declaró que Europa está “al borde de un precipicio” añadiendo que “todavía hay tiempo para que el presidente Putin dé un paso atrás”.

Ante la creciente preocupación a una guerra inminente, el Ejército alemán dijo que los primeros de los 350 soldados adicionales que enviará para reforzar el contingente de la OTAN en Lituania habían salido el lunes. Lituania trasladó a familias de diplomáticos y algunos empleados diplomáticos no esenciales fuera de Ucrania. Estados Unidos ya está sacando a la mayoría de su personal de la embajada en Kiev. Y el Ministerio de Exteriores de Grecia se sumó a otros países occidentales al instar a sus ciudadanos a dejar el país.

Los habitantes de la capital ucraniana recibieron una carta del alcalde llamándoles a “defender su ciudad”. Y en los ascensores de edificios residenciales, aparecieron avisos sobre dónde está el refugio antiaéreo más cercano. El alcalde dice que hay unos 4.500 refugios antibombas en Kiev, entre ellos estacionamientos subterráneos, estaciones del metro y sótanos.

La doctora Tamara Ugrich dijo que había comprado gran cantidad de granos y comidas enlatadas en su casa, y tiene una maleta preparada con suministros de emergencia.

“Yo no creo en la guerra, pero en la televisión las tensiones aumentan día tras día y cada vez se hace más difícil mantener la calma. Mientras más nos dicen que no entremos en pánico, más nerviosos nos ponemos”, declaró.