Las personas no vacunadas que viajen de Estados Unidos a Francia tendrán que someterse a un aislamiento en el país europeo durante 10 días bajo la supervisión de las autoridades locales, de acuerdo con las nuevas restricciones gubernamentales que entraron en vigor el domingo. Con anterioridad, los viajeros no vacunados procedentes de Estados Unidos debían someterse a una cuarentena de siete días, sin necesidad de supervisión.
Desde ahora, antes de abordar un vuelo a Francia, todos los viajeros procedentes de Estados Unidos deberán proporcionar una prueba negativa de COVID-19 (una PCR o una prueba de antígenos) que no tenga más de 48 horas, además de una prueba de vacunación.
Los nuevos casos de COVID-19 en Francia han superado los 200.000 durante cuatro días consecutivos, impulsados por la variante ómicron, altamente contagiosa.
Las autoridades francesas también están exhortando a los residentes no vacunados a tomar medidas preventivas. El gobierno está presionando al Parlamento para que apruebe una ley en las próximas dos semanas que permitiría que sólo los residentes vacunados puedan ingresar a restaurantes, cines, teatros, museos y estadios deportivos.
El actual “pase de salud” de Francia también permite el acceso a personas que puedan demostrar un resultado negativo en una prueba diagnóstica o que se hayan recuperado del COVID-19.
Si se aprueba la ley, el pase de salud se convertiría en un “pase de vacunación” que también se exigiría en trenes interregionales y en los autobuses y aviones que hagan viajes nacionales.