El izquierdista y exlíder estudiantil Gabriel Boric se impuso en las elecciones presidenciales de Chile, las más polarizadas de la historia reciente del país sudamericano.

Apenas contabilizadas poco más de la mitad de las actas, el abogado ultraderechista José Antonio Kast reconoció el triunfo de Boric y se comprometió a colaborar con él. “Desde hoy es el presidente electo de Chile y merece todo nuestro respeto y colaboración constructiva. Chile siempre está primero”, señaló.

Con un 96,75% de actas contabilizadas, Boric obtuvo el 55,8% de la votación y Kast un 44,2%.

Ninguno de los dos aspirantes pertenecía a los partidos políticos tradicionales y ambos habían dicho que darian un nuevo giro a un país que en las últimas tres décadas ha sido gobernado por mandatarios más cercanos al centro político.

El saliente mandatario Sebastián Piñera felicitó a Boric en una video llamada, en la cual el mandatario electo apareció con una camisa clara y una chaqueta negra, y con sus manos apoyadas en una mesa, en la que había una pequeña bandera nacional a su izquierda.

Boric, quien a los 35 años será el presidente moderno más joven de Chile, agradeció el llamado y envió un mensaje a los chilenos: “sepan que voy a dar lo mejor de mí para estar a la altura de este tremendo desafío”.

Agregó que la llamada de Piñera y del derrotado candidato ultraderechista “habla muy bien de nuestra democracia, que hay que mantener y reforzar entre todos y todas”. El mandatario saliente invitó a Boric a que acuda el lunes al Palacio de la Moneda para una reunión informativa de cara al cambio de poder.

Boric asumirá el poder el 11 de marzo de 2022.

Mónica Salinero, profesora de 41 años, dijo entre lágrimas sentirse emocionada. “Y sobre todo muy aliviada por nosotras las mujeres, los pueblos indígenas, inmigrantes, la LGBTI+ y por nuestro constituyente. La alegría de que se impuso la libertad, la igualdad y no discriminación”, dijo la mujer en las inmediaciones de la Plaza Italia, que se volvió punto de encuentro durante las protestas sociales de 2019.

Boric fue uno de varios activistas electos al Congreso en 2014 después de liderar protestas por una educación de mayor calidad. Fuerte detractor del modelo económico neoliberal de Pinochet, propone aumentar gradualmente los impuestos a los “súper ricos” para expandir los servicios sociales, combatir la desigualdad e impulsar la protección del medio ambiente.

Kast, de 55 años, por su parte, es un devoto católico y padre de nueve hijos que postulaba por segunda vez a la presidencia y que tiene un historial de defender la pasada dictadura militar. Tenía un discurso duro, un historial de críticas hacia la comunidad LGBTQ de Chile, y se opone al aborto y al matrimonio igualitario. También acusó al presidente saliente Sebastián Piñera de traicionar el legado económico de Augusto Pinochet, que controló el país con la fuerza de las armas y la represión por casi 17 años.

No pocos electores votaron por temor a que no ganara su favorito.

“Viví lo que fue la izquierda en este país y no lo quiero vivir nunca más”, dijo a The Associated Press Beatriz Lagos, una empleada pública de 61 años de edad que afirma sufragó por Kast.

Constanza Camus, una ingeniera en telecomunicaciones de 28 años, dijo, por su parte, que “no hay por quién votar; uno significa retroceso y el otro estancamiento”. Añadió que el próximo periodo “va a ser complejo para ambos, ya que son extremos”.

El analista político Marcelo Mella dijo que la campaña rumbo a la segunda vuelta, “más que fundada en las ideas, genera temor en la gente. La gente va a votar para evitar que el otro candidato salga”.

En as últimas semanas ambos candidatos moderaron sus programas y discursos para conquistar al electorado de centro que mayoritariamente no votó en noviembre.

El próximo gobierno enfrentará un complejo panorama económico. Luego de un crecimiento entre 11,5% a 12% este año, caería a un 2% en 2022, con una inflación cercana al 7%, más del doble de la meta del 3% que por años ha tenido Chile.