Desde las antiguas civilizaciones hasta la actualidad, ha sido parte esencial de la alimentación humana. Sus propiedades han sido valoradas por egipcios, griegos y hasta mencionadas en la Biblia. Aporta energía, fortalece el cuerpo y se ha convertido en un pilar de muchas dietas saludables. Estamos hablando de las lentejas.

Las lentejas: el superalimento accesible y nutritivo

Más allá de su historia, las lentejas son una fuente inagotable de nutrientes. Son ricas en vitaminas del grupo B, esenciales para el sistema nervioso, lo que las convierte en aliadas contra la ansiedad y la depresión. También contienen magnesio, zinc y potasio, minerales clave para la salud del corazón y la función celular.

Contienen compuestos beneficiosos llamados fitoquímicos, muchos de los cuales protegen contra enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. Se sabe que algunos de los polifenoles de las lentejas, como la procianidina y los flavonoides, tienen fuertes efectos antioxidantes, antiinflamatorios y neuroprotectores.

Los polifenoles de las lentejas no parecen perder sus propiedades beneficiosas para la salud después de la cocción. Un estudio de 8 semanas en 48 personas con sobrepeso u obesidad con diabetes tipo 2 encontró que comer un tercio de taza (60 gramos) de lentejas cada día aumentaba los niveles de colesterol HDL y reducía significativamente los niveles de colesterol LDL y triglicéridos. También ayudan a prevenir enfermedades cardíacas.

Cómo aprovechar mejor sus nutrientes

Para maximizar sus beneficios, se recomienda remojarlas durante toda la noche y luego cocinarlas a fuego lento. Este proceso reduce hasta en un 80% el ácido fítico, mejorando la absorción de sus nutrientes esenciales.