Una característica natural de los virus para sobrevivir son las mutaciones que realizan para transmitirse de manera más eficiente. Una investigación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos encontró que el virus que causa el COVID está evolucionando para contagiarse mejor a través del aire, lo que explicaría que las variantes recientes sean más contagiosas que las anteriores.
En experimentos con hamsters, los expertos encontraron que la transmisión del SARS-CoV-2 es impulsada por contacto, los fómites (objetos contaminados) y el aire, o la combinación de los tres, y que “la transmisión aérea es más eficienteque la transmisión por fómites y depende de la dirección del flujo de aire”. Sin embargo, se trata de un comportamiento esperado del virus.
“Este no es un escenario de Armageddon. Es como una modificación del virus para una transmisión más eficiente, que es algo que creo que todos esperábamos, y ahora lo vemos sucediendo en tiempo real”, le dijo Vincent Munster, experto en virus y uno de los autores de la investigación, a Money Control.
En el laboratorio, el equipo del doctor Munster encontró que la variante Alfa del virus contagió de manera más eficiente a los ratones que el virus original, a pesar de que sus jaulas estaban separadas a más de seis pies de distancia (dos metros). Ahora están realizando experimentos similares con la variante Delta que, adelantan, también es más eficiente para contagiarse.
Los expertos señalan que varios factores pueden contribuir a la ultratransmisibilidad de las variantes del nuevo coronavirus, como que se repliquen más rápido en el organismo, que infecten con dosis más bajas o que se exhale mayor cantidad en los aerosoles de una persona contagiada. Mientras la mutación Alfa es dos veces más transmisible que el virus original, la variante Delta cuenta con varias mutaciones que aceleran aún más su capacidad de contagio.
Las mascarillas siguen siendo importantes
Saber que el nuevo coronavirus podía transmitirse por el aire cambió el enfoque para contener la pandemia, pues se generalizó el uso de mascarillas en interiores y exteriores, y se privilegió la ventilación de los espacios. De hecho, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han admitido que la variante Delta del SARS-CoV-2 es más contagiosa que el virus de la varicela o del ébola.
“La transmisión del SARS-CoV-2 es impulsada por la proximidad, el entorno confinado y la frecuencia de los contactos. Se cree que la infección por SARS-CoV-2 se debe al contacto directo, la inhalación de virus dentro de los núcleos de las gotitas respiratorias, el contacto con superficies contaminadas con gotitas o cualquier combinación entre estas exposiciones”, por lo que este modelo con hamsters sería muy adecuado para investigar los verdaderos límites de la transmisión aérea y aplicar esto a los estudios de prevención, como se ha demostrado previamente para la transmisión aérea a corta distancia con máscaras”, concluyen los autores de la investigación publicada en Nature.