Cólicos potentes, sangrados intensos, incluso entre períodos, problemas de fertilidade intestinales son algunas de las dificultades que la endometriosis supone para las mujeres y el ejercicio de sus actividades cotidianas. Algunos dolores advierten sobre la presencia de la enfermedad y ameritan la visita al consultorio del médico.
Por qué ocurre la endometriosis
La endometriosis es el crecimiento del tejido que normalmente recubre el interior del útero en otras partes del organismo femenino, como los ovarios, las trompas de Falopio, la vejiga o los intestinos. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., se desconoce la causa exacta de la endometriosis, pero sus síntomas pueden entorpecer la vida cotidiana de las mujeres. Es más común entre los 30 y los 40 años de edad.
Algunos factores de riesgo de padecer endometriosis son antecedentes familiares de la enfermedad, ciclos menstruales menores de 27 días, menstruaciones intensas y por más de siete días y haber presentado la primera menstruación antes de los 11 años de edad.
Dolores y síntomas de la endometriosis
Una mujer que sufre endometriosis puede sentir diversos tipos de dolor que podrían ayudar a un profesional médico a diagnosticar la enfermedad. Entre los más comunes se encuentran:
1- Dolor menstrual.
2- Dolor durante las relaciones sexuales.
4- Dolor al evacuar.
Quizá experimentar periodos menstruales dolorosos sea una de las señales más comunes de la endometriosis y también una de las más incapacitantes para las mujeres. Los cólicos ocurren cuando los vasos sanguíneos de la pared muscular se contraen e impiden que la sangre llegue al útero. Generalmente este tipo de dolor ocurre días antes de que aparezca la menstruación. En algunos casos, estos cólicos pueden ser tan intensos que impiden a las mujeres realizar su vida normal.
La mejor manera de diagnosticar la endometriosis es a través de una laparoscopíarealizada por un especialista médico. El tratamiento consiste en analgésicos antiinflamatorios, terapia hormonal con píldoras anticonceptivas y, en algunos casos, una cirugía para extirpar el tejido que ha crecido fuera del útero o incluso para extirpar el útero, incluyendo probablemente las trompas de Falopio y los ovarios (histerectomía).