El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el viernes que a consecuencia del COVID-19 “más de 8.500 personas perdieron la vida la semana pasada, lo cual no es aceptable tras tres años de la pandemia, cuando tenemos tantas herramientas para prevenir infecciones y salvar vidas”.

El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus dijo que el sábado pasado marcó el aniversario del anuncio de la OMS de la variante ómicron de COVID-19, que aseguró “ha demostrado ser significativamente más transmisible que su predecesor, delta, y continúa causando una mortalidad significativa debido a la intensidad de la transmisión”.

El jefe de la OMS dijo que esta variante ha evolucionado y ahora hay «más de 500 sublinajes de ómicron circulando» y todos ellos son «altamente transmisibles» y «tienen mutaciones que les permiten escapar de la inmunidad acumulada más fácilmente».

Si bien la OMS cree que el mundo está «más cerca de poder decir que la fase de emergencia de la pandemia ha terminado», dijo Tedros, «todavía no hemos llegado», a pesar de que la OMS estima que al menos el 90% de la población mundial tiene algún tipo de inmunidad al COVID, debido a infección previa o vacunación.

Tedros advirtió que «las brechas en la vigilancia, las pruebas, la secuenciación y la vacunación continúan creando las condiciones perfectas para que surja una nueva variante de preocupación que podría causar una mortalidad significativa».