Un reciente estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de Case Western Reserve ha revelado que la semaglutida, un fármaco comúnmente utilizado para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad, podría tener un efecto inesperado: la reducción del riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en personas con diabetes tipo 2.

Esta investigación, que se basa en el análisis de registros médicos de casi un millón de pacientes, podría abrir nuevas posibilidades en el tratamiento preventivo de esta devastadora enfermedad neurodegenerativa.

La enfermedad de Alzheimer, que afecta principalmente a personas mayores de 65 años, es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y las habilidades cognitivas, afectando la capacidad de llevar a cabo tareas simples.

Según la Asociación de Alzheimer, casi 7 millones de personas en los Estados Unidos padecen esta enfermedad, una cifra que se prevé aumente drásticamente en los próximos años. Además, la tasa de mortalidad de la enfermedad de Alzheimer ha superado a la de cánceres como el de mama y el de próstata combinados, con aproximadamente 120,000 muertes anuales en EE. UU. La urgencia por encontrar tratamientos eficaces para prevenir o retrasar su progresión es cada vez mayor.

En el estudio, publicado en la revista científica Alzheimer’s & Dementia, se analizaron los efectos de la semaglutida en comparación con otros siete medicamentos comúnmente prescritos para tratar la diabetes tipo 2.

Los investigadores, dirigidos por el profesor de informática biomédica Rong Xu, emplearon una metodología innovadora basada en el análisis estadístico de registros médicos, lo que les permitió simular los resultados de un ensayo clínico aleatorizado.

Esta técnica es especialmente valiosa en estudios de gran escala, ya que ofrece un nivel de control similar al de los ensayos clínicos tradicionales, pero con un menor costo y tiempo de ejecución.

Los resultados del estudio mostraron que los pacientes con diabetes tipo 2 que recibían semaglutida tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en comparación con aquellos que utilizaban otros medicamentos antidiabéticos.

Estos hallazgos fueron consistentes en diversos subgrupos, como personas de diferentes géneros, edades y estados de obesidad, lo que refuerza la solidez de los resultados. Aunque la investigación se centró en personas con diabetes tipo 2, el posible impacto de la semaglutida en la prevención del Alzheimer podría extenderse a una población más amplia si estudios futuros confirman estos hallazgos.

Regula los niveles de azúcar en sangre

La semaglutida es un agonista del receptor del péptido similar al glucagón (GLP-1R), que regula los niveles de azúcar en sangre y reduce el apetito en personas con diabetes tipo 2. Este compuesto es el ingrediente activo de los populares medicamentos para la diabetes y la pérdida de peso, como Wegovy y Ozempic.

Aunque ya se sabía que la semaglutida ofrecía beneficios significativos para controlar la diabetes y ayudar en la reducción de peso, los nuevos resultados sugieren que también podría tener propiedades neuroprotectoras.

Xu explicó que la investigación preclínica ya había sugerido que la semaglutida podría proteger contra la neurodegeneración y la neuroinflamación, dos factores clave en el desarrollo del Alzheimer. Sin embargo, este estudio es uno de los primeros en proporcionar evidencia del mundo real sobre el posible impacto del fármaco en la prevención de esta enfermedad cerebral. A pesar de estos prometedores resultados, Xu advirtió que el estudio tiene limitaciones que impiden sacar conclusiones definitivas sobre la causalidad.

Dado que este estudio se basa en datos observacionales, no se puede descartar la influencia de otros factores en los resultados. Por ello, Xu y su equipo enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones, incluyendo ensayos clínicos aleatorizados, para confirmar si la semaglutida podría ser realmente una opción viable para prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer.

En caso de que futuros estudios confirmen estos resultados, la semaglutida podría posicionarse no solo como un tratamiento esencial para la diabetes tipo 2, sino también como una herramienta clave en la lucha contra el Alzheimer.