Una enfermedad tan mortal como el cáncer cervical o cáncer de cuello uterino sólo puede detectarse a tiempo a través de un adecuado diagnóstico médico, pero cada vez menos mujeres hispanas se hacen pruebas como el papanicolau para revisar su estado de salud.
Y, a diferencia de otros padecimientos, la pandemia no es responsable de esta tendencia de las mujeres de todos los orígenes, pero de manera importante de las hispanas. Una investigación realizada por especialistas de las universidades de Texas y Florida encontró que en 2019, antes de que el COVID-19 irrumpiera en la escena mundial, un 23% de mujeres no se hicieron exámenes de detección de cáncer cervical. De ellas, las mujeres hispanas y asiáticas fueron las que menos se sometieron a estas pruebas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) especifican que a partir de los 21 años las mujeres deben someterse a pruebas de papanicolau y de detección del virus del papiloma humano (VPH) al menos cada tres años y, en algunos casos, cada cinco años siempre bajo el consejo y supervisión de su médico.
La investigación, publicada en JAMA Network, analizó los datos de 20,557 mujeres entre los años 2005 y 2019, y encontró que la proporción de mujeres sin detección actualizada aumentó significativamente en ese periodo, de 14.4% en 2005 a 23% en 2019. La mayoría de las mujeres dijeron que no sabían que necesitaban dichas pruebas de detección; de hecho, éste fue el argumento de más del 64% de las hispanas.
Se calcula que en algún momento de sus vidas, entre el 60% y el 80% de las personas tendrán VPH, y si no se detecta a tiempo ni se trata, puede culminar con el desarrollo de un cáncer.
“La falta de conocimiento sobre la detección y la falta de recomendaciones de detección por parte de los profesionales de la salud pueden ser dos barreras modificables para la detección oportuna del cáncer de cuello uterino”, escriben los autores de la investigación.
Las pruebas de papanicolaou a bajo costo están disponibles en algunas clínicas estatales bajo el Programa Nacional de Detección Temprana del Cáncer Cervical y de Seno de los CDC, así como en muchas clínicas de Planned Parenthood.