Mientras los líderes de América del Norte se preparan para reunirse en Washington con la migración como uno de sus temas centrales, los migrantes siguen desplazándose por México a través de diversas vías.

Unos optan por hacerlo de manera visible y en grupo, como la caravana que sigue avanzando por el sur, ya con menos de un millar de personas. Otros escogen las rutas clandestinas controladas por los traficantes, como aparentemente hicieron las casi 200 personas que las autoridades localizaron el miércoles hacinadas en un hotel del norte del país.

El Instituto Nacional de Migración (INM) indicó en un comunicado que 195 migrantes, la mayoría centroamericanos y entre los que había menores, fueron detectados en Apodaca, una localidad en las afueras de la ciudad de Monterrey, hacinados, “sin alimento ni agua, en cuartos de un hotel”.

Ochenta eran de Honduras; 38 de El Salvador; 36 de Guatemala; 36 de Nicaragua; una de Cuba; una de Perú y tres de la República Dominicana.

Los migrantes, que fueron detectados por la fiscalía estatal, quedaron bajo tutela del INM, que ante este tipo de situaciones suele retenerlos en estaciones migratorias o devolverlos a sus países de origen.

El mismo miércoles, también en el norte del país, la fiscalía federal informó en un comunicado de la localización de 54 migrantes de Honduras, Guatemala y Nicaragua que aparentemente estaban en cautiverio en tres domicilios distintos de la ciudad de Nogales, fronteriza entre los estados de Sonora y Arizona.

En las últimas semanas, las acciones de detención de migrantes que transitan por México de manera irregular han ido acompañadas de ofrecimientos de regularización propuestos por el INM a los integrantes de la caravana, la cual lleva casi un mes caminando por el sur de México. En un momento dado llegó a reunir a unas 4.000 personas.

Después de recorrer casi 500 kilómetros desde que el 23 octubre salieron de la ciudad de Tapachula, casi en la frontera con Guatemala, apenas queda un millar de personas, que el miércoles pasaban la noche en una comunidad del municipio de Jesús Carranza, en el estado de Veracruz. El resto se ha ido separando del grupo o ha aceptado la propuesta del gobierno.

“Voy a confiar en ellos, ya no quiero seguir caminando, no puedo. Yo lo que quiero es trabajar y, si es cierto, lo voy a aprovechar”, dijo el hondureño José Luis Rodríguez, que confiaba en obtener los papeles de regularización y encontrar un empleo en Monterrey, donde amigos suyos le dijeron que necesitaban mano de obra.

A lo largo del miércoles, mientras unos grupos se subían a plataformas de camiones para avanzar más rápido y otros seguían caminando, aproximadamente medio centenar de migrantes hicieron lo mismo que Rodríguez. Según el INM, más de 1.500 habían aceptado la propuesta que miembros del instituto les reiteran en cada parada del camino.

“No los vamos a regresar en Tapachula”, garantizaba el martes desde el vecino estado de Oaxaca Héctor Martínez Castuera, el funcionario del INM que ha estado negociando con los integrantes de la caravana. “A nombre del gobierno federal, reiteramos lo que el Instituto Nacional de Migración ha venido manifestando: Uno, regularizar a todas las mujeres embarazadas con su núcleo familiar; a los menores con su núcleo familiar; a las personas en estado vulnerable y su núcleo familiar; a discapacitados y a adultos mayores con su núcleo familiar”.

La desconfianza, sin embargo, persiste porque el INM decía que, para poder acogerse a esta propuesta, los migrantes debían ser trasladados a otros estados del país.

La hondureña Ingrid Linares, una mujer trans, denunció que cuando había acudido a aceptar la oferta oficial se habían burlado de ella por pertenecer al colectivo LGBT, algo que un agente de migración reconoció ante las cámaras de la prensa mientras pedía disculpas y decía que se había equivocado por actuar así.

La caravana, que avanzaba muy lentamente y ante la atenta mirada de las fuerzas de seguridad, tiene previsto seguir caminando hacia el norte. Sólo en un par de ocasiones ha habido choques con los agentes.

Mientras tanto, en Tapachula algunos migrantes se preparaban ante el rumor de que un nuevo grupo pudiera empezar a caminar el jueves, justo cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene previsto reunirse con su homólogo Joe Biden en la Casa Blanca para hablar, entre otros temas, de migración. En la cita de Washington también estará el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

El gobierno de México ha apostado por la contención de los flujos migratorios desde el anterior gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump, cuando López Obrador desplegó miles de efectivos de la Guardia Nacional. Ahora el mandatario confía en concretar propuestas para invertir en el desarrollo de los países de origen de los migrantes, aunque la contención continúa. De enero a octubre de este año las autoridades detuvieron a más de 190.000 migrantes, más que en todo 2019.